No quieren llamar a plebiscito ni que el ingreso a la OTAN sea parte del debate de las elecciones de setiembre

No quieren que el pueblo se exprese acerca del ingreso de Suecia a la OTAN


Suecia no necesita a la OTAN para su seguridad, es la OTAN la que necesita a Suecia para la guerra contra Rusia.

La decisión acerca del ingreso de Suecia a la OTAN es la decisión política más grande e importante en el país desde el ingreso a la Unión Europea en 1994.
El parlamento quiere tomar la decisión sin consultar al pueblo, a pesar que cuando el parlamento fue electo la mayoria de los parlamentarios estaban en contra del ingreso de Suecia a la OTAN.

Durante más de 200 años, la política de seguridad de Suecia se ha basado en la no participación en alianzas militares para de esa manera poder ser neutrales en caso de guerra.

Se pretende cambiar una política de más de 200 años en unas semanas, sin una discusión apropiada y sin una participación de la ciudadanía. Una decisión que va a influir en las generaciones futuras. Son precisamente las generaciones futuras las que tendrán que vivir con las consecuencias de esta discusión unilateral que empuja a Suecia a una velocidad vertiginosa hacia la OTAN, la alianza militar que ha iniciado la mayoría de las guerras.

La decisión no solo nos afectará hoy. Es la seguridad futura de nuestros hijos y nietos con lo que los políticos juegan.

El ritmo forzado con que se maneja la decisión refleja un gran desprecio por la voluntad del pueblo y por la democracia. Durante mucho tiempo, la resistencia a participar en la OTAN ha sido muy grande en Suecia. A pesar de la propaganda masiva de la OTAN, una gran proporción de la ciudadanía aún se opone a que Suecia sea miembro de la OTAN.

Cuando se eligió al actual Parlamento, el tema de la OTAN no estaba en la agenda y la mayoría de los parlamentarios electos se oponía entonces a que Suecia sea miembro de la OTAN. No poder esperar cuatro meses para que tengan lugar primero las elecciones parlamentarias no es más que una burla a todos los votantes, que se verán obligados a acudir a las urnas ante un hecho consumado.

En la actual situación, es comprensible que se plantee la demanda de un plebiscito sobre el ingreso en la OTAN. Sin embrago un plebiscito inmediato no dará tiempo para un debate apropiado y un periodo de reflexión que una decisión tan importante requiere. Está claro que la decisión de ingreso a la OTAN debe estar sujeta a control democrático; El pueblo sueco debe expresar su opinión antes de que se pueda presentar una solicitud a la OTAN. Lo razonable es que la cuestión de la OTAN forme parte del debate con motivo de las elecciones de setiembre y que sólo después de que sea elegido un nuevo parlamento se decida en plebiscito.

La no participación en alianzas militares ha mantenido a Suecia fuera de dos guerras mundiales. Muchas vidas suecas se salvaron. Suecia sin haber participado en la Segunda Guerra Mundial pudo desarrollarse rápidamente.
El desarme y las idea la región nórdica como zona libre de armas nucleares caracterizaron el período sueco de posguerra. Esas políticas e ideas deberían continuarse.

La OTAN representa una línea opuesta directa a lo que Suecia ha representado durante décadas. La OTAN es una alianza militar agresiva cuyo objetivo principal es asegurar la hegemonía del imperialismo estadounidense en el mundo. La Alianza descansa sobre su paraguas nuclear.

El lobby de la OTAN la presenta como una compañía de seguros. Pero el artículo 5 del Tratado Atlántico no ofrece garantías. Sólo se ha activado una vez y fue después del 11-S, cuando Estados Unidos consiguió que los miembros de la OTAN tomaran parte en la ocupación ilegal de Afganistán, de la que hoy todos los que hacen un análisis al respecto se han arrepentido.

Posteriormente, la OTAN lanzó sus primeras operaciones oficiales fuera del área euroatlántica. La operación más reciente fue en Libia.

Después de que la OTAN aplicara el Artículo 5 en solidaridad con los Estados Unidos, los países de la OTAN han participado activamente, entre otras cosas, en las devastadoras e ilegales guerras contra Afganistán e Irak. Como resultado directo de la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra el terrorismo, 38 millones de personas se han visto obligadas a huir en todo el mundo. 929 mil personas murieron como resultado de esta guerra.

La OTAN define la “legítima defensa colectiva” de una manera que va mucho más allá de la Carta de la ONU. En realidad, la OTAN ha cometido guerras de agresión contra Yugoslavia y Libia. La acción en Siria también es contraria al derecho internacional,

Por ejemplo, se cumplen 23 años desde que la OTAN bombardeó la embajada china en Belgrado durante la guerra contra Yugoslavia en violación del derecho internacional en 1999.

Es esta alianza de guerra a la que el establishment sueco quiere empujarnos. Que la OTAN sea una alianza de defensa es un argumento de pura propaganda.

Durante su historia, la OTAN se ha involucrado en intervenciones de gran alcance en varios países y, entre otras cosas, ha contribuido a cambios de régimen en Grecia, Italia y Francia (Daniele Glanser, Los ejércitos secretos de la OTAN: La operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental, 2010).

La propaganda a favor de una membresía sueca a la OTAN está constantemente batiendo récords de estupidez.

En una entrevista en la televisión sueca estatal la semana pasada, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que la protección de Suecia por parte de la OTAN durante el período de solicitud se trata de una mayor presencia de buques de guerra en el Mar Báltico, como si ya las aguas suecas no estuvieran llenas de barcos de la OTAN.

En el programa Aktuellt, Jan Hallenberg, amigo de Estados Unidos, afirma sin ninguna vergüenza que la OTAN no tiene ningún interés en poner armas nucleares en suelo sueco o finlandés.

El nuevo líder del partido de los liberales Johan Pehrson afirma que la OTAN se creó en respuesta al Pacto de Varsovia cuando en realidad fue al revés. La OTAN se creó en 1949 y el Pacto de Varsovia se creó en 1955.

La televisión estatal sueca y el Instituto de Política Exterior afirman en horario de máxima audiencia que Suecia puede seguir trabajando por el desarme de las armas nucleares aún si se une a la OTAN.

Mentira. La verdad es que Suecia no firmó el tratado multilateral de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares debido a la presión de Estados Unidos y la OTAN. Suecia estaba apoyando la presentación del tratado, pero finalmente no votó por el tratado que presentaba debido a la presión de Estados Unidos y la OTAN.

La televisión estatal sueca es un megáfono de la propaganda del poder.

La realidad es que, si Suecia se convierte en miembro de la OTAN, terminará bajo el paraguas nuclear de Estados Unidos. Si Estados Unidos ataca con armas nucleares a Rusia desde territorio sueco, Suecia se convertirá en un objetivo totalmente legal para las armas nucleares rusas.

El paraguas nuclear de la OTAN, incluso la defensa convencional de la OTAN siempre está subordinada a un comandante estadounidense. Se va a poner el destino de nuestros hijos y nietos en manos de un presidente estadounidense, con, por decirlo suavemente, un actual estado intelectual bastante bajo.